La concepción de la Informática Medica como la ciencia que optimiza el uso de las computadoras para potenciar la calidad de los servicios de salud se nos hace cada día más estrecha.

La información requiere de ser definida conceptualmente, las vías de su tratamiento deben ser abordadas desde el punto de vista teórico. Los sistemas altamente complejos de procesamiento de información incluyen no solamente a las computadoras, sino también al organismo humano. La utilización de pulsos cuadrados en el alfabeto de la computadora se inspiró en una entidad fisiológica mucho más compleja y versátil, el potencial de acción presente en la fibra nerviosa. Esto pudiera parecer un vacuo ejercicio de imaginación si no hubiera surgido la formidable paradoja de contar con el genoma descifrado y apenas saber como interpretar esa información. Hoy es casi imposible comprender el mecanismo de una enfermedad si no se habla de los genes asociados a su aparición. Entre sus muchos efectos, el VIH también sobrecarga la capacidad informacional del sistema inmunológico hasta provocar su colapso. Los químicos de unos cuantos siglos atrás hablaban de una cierta “Química Orgánica”, que estudiaba las sustancias que se sintetizan solamente en el organismo, y jamás en el laboratorio. Pecaríamos por ingenuos si seguimos dedicándonos a la información que se almacena, procesa y transmite por unas maquinas muy especiales y útiles, pero nuca por el organismo humano. Al menos aquellos químicos no conocían siquiera de la existencia de las órbitas de los electrones, en nuestra época se conoce mucho acerca los procesos informacionales y de control que ocurren en el organismo, como muy bien lo explica Arthur Guyton en su famoso manual para estudiantes de pregrado.

A ese despegue intelectual debemos contribuir todos. Nuestra Revista puede ayudar en esa dirección y ese es nuestro ánimo. La informática medica, concebida en un marco amplio es una de las áreas de las Ciencias Médicas donde se cuenta en el país con lo necesario para realizar trabajos al nivel de los grupos mas avanzados en el mundo. La divulgación internacional de nuestros trabajos llamara la atención de colegas de otros países, y mientras más serios seamos en nuestro rigor científico mas internacional se tornara nuestra revista. Confiamos en que eso es posible, y también necesario.

Es en este contexto donde se destaca la importancia de la contribución de colegas de otros países a nuestra revista. Por cuanto nos interesa estar a la altura del “estado del arte” necesitamos contar con contribuciones de colegas de nuestra área así como de países no hispanoparlantes. Es nuestro propósito que la RCIM se convierta en una publicación realmente bilingüe. Recordamos, en ese sentido, que nuestra política editorial considera únicamente el mérito de la obra, por lo que nuestro sistema de arbitraje es bajo la estricta condición de no revelar al árbitro la identidad del autor. De esta manera garantizamos que ideología, país de origen y nacionalidad no cuenten en nuestras paginas.

José Luis Hernández Cáceres