No.
2 Aņo 2 ISSN: 1684-185
¡UNA
REFLEXIÓN NECESARIA!
Se
ha convertido en moda para algunos y en una realidad para todos la referencia
a términos como Nuevas Tecnologías de la Información
y Comunicación, Sociedad conectada, Sociedad de la Información
o la llamada Era digital. ¿Entendemos realmente qué significan
y qué tanto están cambiando o cambiarán estos términos
la vida y la salud humana?.
Sin dudas
en este nuevo milenio el hombre se enfrenta a uno de los desafíos
más grandes de su historia, donde la propia existencia humana
y su futuro se acerca a límites inimaginables que pueden potenciar
su bienestar y felicidad, sólo si somos capaces, desde una visión
ética, de encauzar el desarrollo científico-tecnológico
en su crecimiento humano, moral y social.
Ahora bien,
no solo el desafío tecnológico ha traído consigo
inevitablemente un reto moral a toda la humanidad, también las
inequidades e injusticias sociales provocan daños irreversibles
en la preservación de la salud y la vida digna de los pueblos.
Se dice con
mucha razón que con el Siglo XXI nos hemos adentrado en la Era
de la Información y el Conocimiento, dado por los grandes avances
de la electrónica, la cibernética y las telecomunicaciones;
pero lamentablemente apenas se menciona que los cambios más trascendentales
no son tecnológicos y están transformando la propia comunicación
humana.
Hoy es más
que evidente que las principales vías del desarrollo humano están
sustentadas (y en el futuro lo serán más), por las nuevas
vías de acceso universal que potencian las tecnologías
de la información y las telecomunicaciones. Lo esencial no será
el transporte de datos e información sino el servicio que soportará
y los valores éticos y sociales sobre los que se sustente.
El comercio,
el acceso al conocimiento, la salud y la educación se señalan
como las áreas de mayor prioridad y que tendrán el mayor
impacto en el desarrollo económico, científico-técnico
y social de los próximos años. Ya hoy cerca del 30% de
la información y los servicios que brinda Internet están
relacionados directa o indirectamente con aplicaciones médicas,
muchas de las cuales son altamente innovadoras y que de alguna manera
están revolucionando los propios procesos diagnósticos,
terapéuticos, de vigilancia y gestión en salud.
La teleconsulta,
la educación en línea, la televigilancia, la biblioteca
virtual, entre otros, son algunas de las aplicaciones innovadoras que
se soportan cada vez más sobre tecnología web, sin embargo,
aún las tecnologías de información y comunicación,
con su vertiginoso crecimiento, van muy por delante a las potenciales
aplicaciones, uso y servicios que pueden desarrollarse en el campo de
la salud. No obstante, en la última década y sobre todo
en los inicios del nuevo siglo, hay consenso de que los cinco aspectos
que definirán la salud en la llamada "Sociedad de Información"
serán: La Medicina preventiva sobre la curativa, la atención
a la Salud y no a la enfermedad, el Centro de salud y no
el hospital como institución principal, los procesos a Distancia
sobre los presenciales y el Uso de TIC sobre la atención
tradicional.
Ello conllevará
sin dudas un cambio paradigmático en salud y el sistema tradicional
de atención médica se irá modificando no solo en
la organización y calidad de los servicios; sino en lo que es
más importante, hacia el interior de los propios procesos clínicos,
epidemiológicos y sociales. Incluso las tecnologías médicas
que hasta hace poco eran aplicadas solamente a través de Organizaciones
e Instituciones de Salud están abriendo una nueva forma de uso
directo por las personas que transforman esta relación y la responsabilidad
social y ética de la sociedad en la salud.
La estrategia promulgada en Alma Ata hace cerca de 25 años ha
demostrado en muchos países hasta dónde la prioridad de
la Atención Primaria en Salud es decisiva para lograr la meta
de Salud para Todos; sin embargo, hoy es evidente que las Tecnologías
de Información y Comunicación (TIC) en Salud se convierten
en un nuevo elemento que cada vez más impacta la atención
médica tradicional y las dimensiones espacio-tiempo en los procesos
en salud comienzan a modificarse sustancialmente.
El
mayor reto en salud para alcanzar "Salud para Todos en Siglo XXI"
es la Equidad en Salud y para lograrla hay tres elementos decisivos
interdependientes: Una política social y sanitaria que
privilegie la Salud como un derecho humano irrenunciable; una adecuada
asignación de recursos financieros y materiales que sustenten
esa política; y un acceso equitativo al conocimiento de
todos.
Es
común que al referirnos a acceso equitativo del conocimiento
se relacione solo con recursos para acceder a las tecnologías,
cuando en realidad se requiere también de recursos humanos preparados
y de políticas y estrategias que posibiliten una gestión
eficiente y eficaz en función de las prioridades y necesidades
en salud.
Sin
dudas la capacitación y la formación de valores éticos
en los recursos humanos será decisiva en las principales acciones
que están definiendo la sociedad de la información: el
conocimiento de la naturaleza y extensión de la información
que se necesita, el acceso con efectividad y eficiencia a la información,
su uso efectivo, la comprensión de los aspectos económicos,
legales y sociales en su uso, el empleo ético-legal y la evaluación
con sentido crítico de la información y sus fuentes, para
incorporarla, una vez seleccionada, a la base de conocimientos y sistema
de valores.
Estratégicamente
ante el Impacto de las Tecnologías de Información y Comunicación
es decisivo fortalecer la cooperación y el intercambio humano
estructurando la información, los servicios y los recursos informativos
alrededor de áreas del conocimiento, en las llamadas Redes
temáticas, académicas, científicas, o simplemente
Redes de conocimiento.
En
el orden táctico es muy importante desarrollar espacios de interacción
con la creación de servicios de información, de capacitación,
de consulta, de asesoría y de discusión que favorezcan
ese espacio virtual de intercambio permanente entre las personas involucradas
en los procesos.
De
lo que se trata esencialmente es de conformar REDES HUMANAS con el soporte
de las tecnologías de información y comunicación
que motiven y potencien de forma dinámica y sistemática
la interacción entre las personas, fortaleciendo la generación,
diseminación e intercambio de información y la construcción
de conocimiento en función de los objetivos profesionales, institucionales
y sociales en cada contexto.
Aceptemos
el reto tecnológico, pero más importante aún, hagámoslo
desde un compromiso ético-moral, humano y social.
Dr.
José B. Jardines Méndez
Presidente. Junta de Gobierno
Universidad Virtual de Salud. Cuba.